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domingo, 2 de marzo de 2014

Si te parece bonito, sádic@ será tu nuevo nombre

Si te parece bonito.....Esque eres muy sádic@
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-Observa esta cerveza.
Dice poniendo su cerveza en el centro de la mesa.
-¿Qué pensarías si te dijera que esta cerveza puede ser el centro de todo? El centro de todo este bar- Se queda pensando mientras observa la cerveza y continua.- Incluso el centro de todo el universo.
La chica espera a que continúe desarrollando esta exótica idea. Le encanta que la gente le proponga cosas tan absurdas. Le hacen pensar y olvidarse de lo cotidiano y lo normal.
-Enserio, ahora mismo todo está alrededor de esta cerveza. Todo gira en torno a ella. Tú y yo formamos parte del mundo que se expande a partir de ella. Este bar queda absorbido por su onda expansiva. Llamémoslo así. Esa onda expansiva podemos prolongarla hasta el infinito. Y de este modo, hasta el infinito avanza teniendo como centro esta simple cerveza.
Hace una pausa para que la chica asimile lo que le acaba de decir y vuelve a la idea.
-¿Es verdad o no?- Sonríe.- Pues sí, es verdad.- Se contesta a si mismo. -Por lo menos para el mundo que yo soy capaz de crear lo es. Esta es la prueba de cómo el ser humano es capaz de crear su propia realidad. Creamos nuestro mundo de acuerdo a los parámetros que queramos escoger. Yo podría fundar una creencia universal en la que dictase que esta cerveza es el centro del universo.
Coge la cerveza, le da un trago y prosigue.
-Pero evidentemente no lo haré. Sonríe de nuevo.
- ¿A sí que eso es lo que estudias tú en la universidad no? Le dice de cachondeo la chica.
Antes de que él pueda sonreírle en forma de respuesta, todo cuanto le rodea queda literalmente congelado. Todo menos él. La chica que tiene enfrente esta ahora dentro de un gran bloque de hielo transparente. Las personas que beben alrededor suyo también permanecen inmóviles dentro de grandes bloques de hielo. Hace mucho frio. De la boca del muchacho sale su aliento en forma de nube. Está totalmente impresionado. Nunca antes le había sucedido tal cosa. Se levanta de la silla y avanza dos pasos alejándose de la mesa sin perder de vista la cara de la chica. Cuando se encuentra dos pasos alejado, en un fugaz abrir y cerrar de ojos de un pestañeo común, la situación vuelve a la normalidad. La gente reanuda la marcha del tiempo desde el preciso momento en el que quedaron congelados. Para ellos la línea del tiempo no ha sido ni mínimamente alterada. Sin embargo, la línea espacio-temporal ha situado al joven a dos pasos de donde estaba sentado. Las personas que tenían en su campo visual al muchacho experimentan un gran asombro al haber presenciado esa extraña translación. Un chico de la mesa de enfrente, que lo ha visto de lleno, se tira la cerveza encima del suéter al dar un pequeño salto sobre su silla. La chica con la que estaba hablando emite un agudo alarido y también da un pequeño bote. El chico aún tiene la expresión de asombro en su rostro. Algunas personas comienza a señalarlo y algunos se levantan de las mesas. Abochornado y tremendamente desubicado, el muchacho se acerca a la silla, recoge su chupa, lanza una mirada desconcertada a la chica y sin decir nada se dirige a la puerta. La chica lo observa marcharse con una curiosidad que le provoca miedo. No tiene en ningún rincón de su mente una explicación para lo que acaba de ocurrir. Aunque es consciente de que el chico tampoco la tiene. Cuando piensa esto se compadece de él y decide salir a buscarlo. Coge su chaqueta y sale del bar sin ni siquiera pagar. El dueño del bar, aunque sepa que esas cervezas no van a ser pagadas, no le da la mínima importancia, haber sido testigo de lo que acaba de pasar no tiene, literalmente, ningún precio.
-¡He, espera! Le grita la chica mientras corre hacia él.
Él se gira y obedece.
-¿Qué ha pasado? Le pregunta ella cuando se detiene ante él.
-No lo sé, me acaba de pasar la cosa más inexplicable de mi vida. Hace una pausa, aún se puede contemplar en su rostro el asombro, aunque ligeramente alterado por la desesperación. –Enserio, si te contara lo que me ha pasado fliparías.
- Después de lo que acabo de ver no creo que pueda flipar más.
-Resulta que mientras hablábamos, de repente, todo se ha congelado. Pero literalmente ¿Sabes? Tú estabas dentro de un bloque de hielo, en la misma posición en la que te habías quedado. Tú y todas las personas del bar. Y yo, alucinando, me he levantado y he empezado a andar hacia atrás mientras te miraba. Estaba totalmente desconcertado. No sabía que cojones estaba pasando. Y luego, todo ha vuelto a la normalidad. Vosotros no os habéis dado cuenta. Habéis seguido como si nada.
-O sea que por eso de repente has aparecido ahí ¿no?
-Supongo. Se crea el silencio de nuevo. –Pero enserio ¿Qué cojones ha pasado? No entiendo nada.
- No sé, yo tampoco entiendo nada. Estoy flipando aún. No puedo asimilar una cosa así. A quien se lo cuente va a creer que soy una mentirosa. Se ríe. Le contagia la risa al chico y los dos se ríen. Al reírse liberan algo de tensión y rebajan la carga mental que le ha traído el asunto.
-Pues no se lo cuentes a nadie.
-¿Por qué lo dices?, ¿Por lo de que me llamen mentirosa?
-Sí
-Ah, no te preocupes, a mí eso me da igual.
-¿Te da igual que te llamen mentirosa?
-Sí, en cierto modo, todos somos mentirosos. Solemos mentir muchas veces en la vida, por muy honesto que se pueda intentar ser. A veces, mentimos sin querer.
-¿Sin querer?
-Sí, ¿qué es mentir al fin y al cabo? Alterar la realidad al contarla. Se responde a si misma - O más bien, ocultar o modificar ciertos hechos de la realidad. Pues bien, las personas, tendemos a desfigurar los hechos que se encuentran en nuestra memoria. A veces no lo hacemos con la intención de engañar, simplemente lo hacemos porque nuestra mente funciona así. No podemos fiarnos de nuestros propios recuerdos. Por eso a veces los testimonios de los testigos en los juicios no tienen mucho peso.
-Aah, asique es eso lo que aprendes tú en la universidad ¿no? Responde con gracia el joven.
La chica sonríe y le lanza un pequeño golpe cariñoso con el puño. Pero antes de que pueda llegarle, el chico queda congelado. Habían algunas personas en el parque que estaban cruzando, ellas también están encerradas en rígidos bloques de hielo. La chica se asusta y sin ser consecuente, da dos pasos hacia atrás con la mirada clavada en la del muchacho. En su rostro ha quedado petrificada una ligera sonrisa. Siente el frío ártico en sus huesos. Ladea su cabeza en ambas direcciones, izquierda y derecha. Cuando vuelve la vista hacia el muchacho, todo ha vuelto a la normalidad. El chico se sorprende al percibir el salto en el espacio de la chica y se fija en su cara de espanto.
-Te ha paso ¿Verdad? Le dice con fuerza.
-Bua, sí. Me ha pasado. ¿Qué está pasando? Me estoy asustando.
- ¡Madre mía! Dice el joven. -Yo también me estoy asustando.
Los dos se miran con cara de no saber qué hacer. No saben cómo reaccionar. No saben si deberían pedir ayuda o acudir a alguien. No saben si les va a volver a ocurrir. Temen que les vuelva a pasar lo mismo y se queden atrapados en ese mundo helado.
- En serio, no quiero que me vuelva a pasar. Dice asustada la joven.
-¿Crees que soy yo el que lo provoca? Lo digo enserio.
-Pues no lo sé, no creo ¿no?
El chico se encoge de hombros y dice con las manos abiertas:
- No sé, no sé, todo esto es muy raro.
-Deberíamos pedir ayuda, esto no puede seguir así. Propone la chica.
-¿A quién íbamos a pedirle ayuda? Nos tomarán por locos, por enfermos mentales o por drogadictos.
-Supongo que sí. Responde la chica. –Me quiero ir a casa.
-Vale, te acompañaré al autobús.
Los dos comienzan a andar en silencio, sumidos en profundas cavilaciones. Al cabo de un rato, cuando han avanzado un par de calles la chica rompe el silencio lanzándole una pregunta al joven.
  • ¿Porque crees tú que nos ha pasado?
  • Es lo que no puedo parar de pensar. Sinceramente tengo una especie de teoría, pero no sé si tiene sentido.
  • ¿De verdad?, ¿Cuál es?
  • Pues creo que es algo que tiene que ver con el amor.
  • ¿Con el amor?
  • Sí, ¿Nunca has escuchado eso de que cuando te enamoras el tiempo se detiene?
  • Sí que lo he escuchado alguna vez, pero no sé… ¿Crees que nos hemos enamorado en la primera cita?
  • Eso tampoco lo sé, pero es lo único que se me ocurre ahora mismo para darle una explicación.
  • Ya bueno, puede tener algo de sentido.
Ambos vuelven al silencio y continúan la marcha. De nuevo ella hace un paréntesis en la pausa del dialogo.
-¿Y cómo es posible que nos hayamos enamorado y no lo sepamos?
- No lo sé, quizás ese parón del tiempo nos quiere avisar de que si lo estamos. Pero vamos, que esto no es más que una simple interpretación. Yo no sé nada de parones espacio-temporales. Pero al parecer son reales.
-Sí, de eso estoy segura.
Vuelven a sus cavilaciones y la conversación se despierta de nuevo gracias a ella.
-El amor… no me extrañaría de que esa fuera la causa. El amor siempre crea situaciones difíciles de explicar y de entender con las palabras, es algo que tiene mucho poder.
El chico asiente en silencio.
-¿Estás enamorado de mí?
-No lo sé la verdad. Es muy pronto para saber algo así. Lo que sí que sé es que es la primera vez que esto me pasa con alguien. Hacía tiempo que no me pasaba nada por primera vez con una persona.
-Sí, a mí también hacía tiempo que no me pasaba nada por primera vez con una persona.
- A ver si ahora, con la tontería esta espacio-temporal nos vamos a enamorar de verdad. Bromea él.
Ella se ríe y contesta.
-Pues eso digo yo. Vuelve a reírse. Luego se sumergen de nuevo en el silencio. Los dos ven la parada de bus a lo lejos. Él pregunta si es esa la parada y ella le dice que sí. Entonces él comienza a sentir un cosquilleo en el culo. Siempre que se acerca el momento de despedirse con una chica y no sabe si besarla o no le aparece este cosquilleo.
-Bueno, ya hemos llegado a la parada. Le dice ella.
-Muy bien, pues nada. En fin, que decir de la cita…
-Un poco extraña. Le sigue ella con los mofletes duros y sonrosados.
-Sí. Se ríe él. –Bastante extraña. Vuelve a reírse.
- Ya hablamos y quedamos otro día ¿vale? Le dice ella sonriendo.
-Muy bien, adiós, nos vemos. Se despide él.
Cuando se da la vuelta para irse ella le coge la mano. Él se gira, se miran a los ojos y comienzan a besarse.
Creo que no hace falta decir qué quedaron atrapados en un mismo bloque de hielo macizo, frío y duro para siempre. Se quedaron encerrados en un punto espacio temporal infinito. Un punto, no una línea.